sábado, 29 de abril de 2017

EMAÚS, EL CAMINO DE TODO CRISTIANO



El evangelio que hemos escuchado nos permite pensar que Emaús representa en realidad todos los lugares: el camino que lleva a Emaús es el camino de todo cristiano, más aún, de todo hombre. En nuestros caminos Jesús resucitado se hace compañero de viaje para reavivar en nuestro corazón el calor de la fe y de la esperanza y partir el pan de la vida eterna.

En la conversación de los discípulos con el peregrino desconocido impresiona la expresión que el evangelista san Lucas pone en los labios de uno de ellos: “Nosotros esperábamos...” (Lc 24, 21). Este verbo en pasado lo dice todo: Hemos creído, hemos seguido, hemos esperado..., pero ahora todo ha terminado. También Jesús de Nazaret, que se había manifestado como un profeta poderoso en obras y palabras, ha fracasado, y nosotros estamos decepcionados.

Este drama de los discípulos de Emaús es como un espejo de la situación de muchos cristianos de nuestro tiempo. Al parecer, la esperanza de la fe ha fracasado. La fe misma entra en crisis a causa de experiencias negativas que nos llevan a sentirnos abandonados por el Señor. Pero este camino hacia Emaús, por el que avanzamos, puede llegar a ser el camino de una purificación y maduración de nuestra fe en Dios.

También hoy podemos entrar en diálogo con Jesús escuchando su palabra. También hoy, él parte el pan para nosotros y se entrega a sí mismo como nuestro pan. Así, el encuentro con Cristo resucitado, que es posible también hoy, nos da una fe más profunda y auténtica, templada, por decirlo así, por el fuego del acontecimiento pascual; una fe sólida, porque no se alimenta de ideas humanas, sino de la palabra de Dios y de su presencia real en la Eucaristía.
Este estupendo texto evangélico contiene ya la estructura de la santa misa: en la primera parte, la escucha de la Palabra a través de las sagradas Escrituras; en la segunda, la liturgia eucarística y la comunión con Cristo presente en el sacramento de su Cuerpo y de su Sangre. La Iglesia, alimentándose en esta doble mesa, se edifica incesantemente y se renueva día tras día en la fe, en la esperanza y en la caridad. Por intercesión de María santísima, oremos para que todo cristiano y toda comunidad, reviviendo la experiencia de los discípulos de Emaús, redescubra la gracia del encuentro transformador con el Señor resucitado.

martes, 25 de abril de 2017

FOTOGRAFÍA DE LA CELEBRACIÓN EN LA FIESTA DEL NIÑO DE ATOCHA



 Clemente y bondadoso Infante de Atocha, acudo ante ti para decirte lo mucho que te amo y necesite quiero que vuelvas tus ojos misericordiosos hacia mí y veas la desesperación y aflicción que me embarga, yo he hecho todo lo que está a mi alcance pero mis problemas son graves y no he encontrado solución, Tú que eres tan milagroso no te apartes de mí: te pido ardientemente me envíes tu asistencia, te pido urgente consuelo y ayuda.




Sapientísimo y Santo Niño de Atocha, protector de todos los hombres, amparo de los desvalidos, sanador divino de cualquier enfermedad. Poderosísimo Santo Niño: te saludo, te alabo en este día.


domingo, 23 de abril de 2017

¡HEMOS VISTO AL SEÑOR!


En el Evangelio de hoy, el apóstol Tomás experimenta precisamente esta misericordia de Dios, que tiene un rostro concreto, el de Jesús resucitado. Tomás no se fía de lo que dicen los otros Apóstoles: «Hemos visto el Señor»; no le basta la promesa de Jesús, que había anunciado: al tercer día resucitaré. Quiere ver, quiere meter su mano en la señal de los clavos y del costado. ¿Cuál es la reacción de Jesús? La paciencia: Jesús no abandona al terco Tomás en su incredulidad; le da una semana de tiempo, no le cierra la puerta, espera. Y Tomás reconoce su propia pobreza, la poca fe: «Señor mío y Dios mío»: con esta invocación simple, pero llena de fe, responde a la paciencia de Jesús. Se deja envolver por la misericordia divina, la ve ante sí, en las heridas de las manos y de los pies, en el costado abierto, y recobra la confianza: es un hombre nuevo, ya no es incrédulo sino creyente.
Y recordemos también a Pedro: que tres veces reniega de Jesús precisamente cuando debía estar más cerca de él; y cuando toca el fondo encuentra la mirada de Jesús que, con paciencia, sin palabras, le dice: «Pedro, no tengas miedo de tu debilidad, confía en mí»; y Pedro comprende, siente la mirada de amor de Jesús y llora. Qué hermosa es esta mirada de Jesús –cuánta ternura–. Hermanos y hermanas, no perdamos nunca la confianza en la paciente misericordia de Dios.
Pensemos en los dos discípulos de Emaús: el rostro triste, un caminar errante, sin esperanza. Pero Jesús no les abandona: recorre a su lado el camino. Con paciencia explica las Escrituras que se referían a Él y se detiene a compartir con ellos la comida. Éste es el estilo de Dios: no es impaciente como nosotros, que frecuentemente queremos todo y enseguida. Dios es paciente con nosotros porque nos ama, y quien ama comprende, espera, da confianza, no abandona, no corta los puentes, sabe perdonar.
Jesús invita a Tomás a meter su mano en las llagas de sus manos y de sus pies y en la herida de su costado. También nosotros podemos entrar en las llagas de Jesús, podemos tocarlo realmente; y esto ocurre cada vez que recibimos los sacramentos.

Adán después del pecado sintió vergüenza, se ve desnudo, siente el peso de lo que ha hecho; y sin embargo Dios no lo abandona: si en ese momento, con el pecado, inicia nuestro exilio de Dios, hay ya una promesa de vuelta, la posibilidad de volver a Él. Dios pregunta enseguida: «Adán, ¿dónde estás?», lo busca. Jesús quedó desnudo por nosotros, cargó con la vergüenza de Adán, con la desnudez de su pecado para lavar nuestro pecado: sus llagas nos han curado. 

sábado, 22 de abril de 2017

¿ES NORMAL QUE NIEVA EN GUATEMALA EN ESTA ÉPOCA? ALGO ANDA MAL.



Hoy celebramos el día de la tierra, y como has observado los cambios climáticos (en Guatemala por ejemplo, el hielo sobre los volcanes) ¿tú crees que todo esto es normal? pero tomemos conciencia para cuidarla, amarla porque es nuestra casa, nuestro hogar, en vez de quejarnos del calor que hace todos los días debemos de buscar la forma de enfriarla, “sembrando árboles”, ensuciando menos, contaminando menos, etc.

jueves, 20 de abril de 2017

EXPLICANDO UN POCO LA SALIDA DEL PUEBLO DE ISRAEL EN EGIPTO


Es importante que nos detengamos, cómo Moisés en su conversación con el Faraón, no presenta en modo alguno la conquista de una tierra propia como objeto de su partida, sino la búsqueda de un lugar apropiado para ofrecer sacrificios y adorar a Dios en la forma deseada por El mismo.

La meta del Éxodo es, sobre todo y por encima de cualquier otra consideración, el Sinaí, es decir: la Alianza con Dios, de la que se desprende la Ley para Israel. La meta es encontrar un derecho que proporcione justicia y de esta forma poder establecer las justas relaciones entre lo hombres y con la creación entera, estas relaciones, que constituyen la justicia y por eso la libertad para el hombre, dependen de la Alianza, forman la misma Alianza, es decir, no pueden ser ni intelectual ni formalmente elaboradas sólo por el hombre, sino depende de la relación fundamental, de la relación a Dios, que ordena cualquier otra relación.


Sin duda se puede asegurar que la meta del Éxodo fue, por consiguiente, la libertad, pero podemos añadir que la forma de la libertad es la Alianza y cuya forma de realización se desprende de la ley, la cual describe la correcta relación de los hombres entre ellos mismos y con Dios. Incluso, se podría decir que la finalidad del Éxodo fue el transformar a Israel de un conglomerado de pueblos en un único Pueblo y concederle como tal su libertad, su propia dignidad, y encomendarle la misión que le corresponde en la historia. Pero al mismo tiempo hay que considerar que un conjunto de hombres se constituye en pueblo precisamente por un derecho común y que el hombre no vive dentro de la ley si frente a Dios permanece en una relación de injusticia.

domingo, 16 de abril de 2017

FOTOGRAFÍAS EN LA VIGILIA PASCUAL


"Según una antiquísima tradición, esta es noche de vigilia en honor del Señor (Ex 12,42). Los fieles, tal como lo recomienda el evangelio, deben parecerse a los criados, que con las lámparas encendidas en las manos, esperan el retorno de su señor, para que cuando llegue los encuentre en vela y los invite a sentarse a su mesa" (Misal, pág. 275).







Con los catecúmenos 
 

FOTOGRAFÍAS DEL VIERNES SANTO


 El viernes Santo es día de penitencia obligatorio para toda la Iglesia y por tanto hay que guardar en este día la abstinencia y el ayuno, y según la oportunidad también el Sábado Santo hasta la Vigilia pascual. El ayuno de estos dos días es además de penitencial, celebrativo, ritual, y contemplativo del misterio de la Cruz. Si bien es personal es sobre todo comunitario: la comunidad ayuna en la espera de su Señor Resucitado. Es toda la persona la que celebra la Pascua, no sólo la mente y el espíritu sino también el cuerpo. No hay que olvidar que el ayuno tiene en la espiritualidad cristiana un gran valor: en una sociedad marcada por el consumismo y lo superfluo, es un medio para vivir la ascesis, el autocontrol, el señorío de sí mismo, y para ver en los bienes de este mundo su carácter perecedero y pasajero.











En Chimaltenango 

FOTOGRAFÍAS DEL JUEVES SANTO

Para este día hemos de preparar todo lo necesario para una misa bien celebrada, bien solemne, en la que destacaremos el ofertorio con las ofrendas del pan y el vino eucarísticos, con el pan necesario tanto para la comunión del Jueves, que tendría que ser bajo las dos especies, como para la comunión del Viernes, que tendrá que ser con la reserva del sagrario; y también, como dice el misal, la colecta para los pobres.





Hoy, en lo «pilla o en el altar del Santísimo, el sagrario tendrá que estar vacío y con la puerta bien abierta. Y, si se quiere, se puede prever una discreta ambientación ornamental para después para cuando llevemos la reserva eucarística. Para esto ya podemos tener una mesita, convenientemente preparado el humeral para poder llevar el Santísimo. Y también el incensario, la cruz procesional y los candeleros o los cirios para la pequeña procesión que haremos hasta el sagrario. Por tanto, sino lo tenemos ya fijo, hay que prever una capilla o un lugar adecuado para la Reserva Eucarística, con toda la ornamentación que parezca oportuna, pero sin pasarse.

Si se efectúa el lavatorio de los pies, que es un signo recomendable y bien visible del evangelio del Jueves Santo, ya sea con doce personas menos, debemos pensar en sus sillas correspondientes, como así también la jarra, las toallas; y una jofaina con jabón para después.




Y recordemos que, al final de la misa no hay despedida ni bendición. Lo que se hace es llevar el Santísimo al Sagrario, en un lugar adecuado y sin despedida, seguidamente, aunque sea ante la gente que se queda a rezar.

Con mucha discreción, se desnuda totalmente el altar sin que quede nada encima de él; también se quita todas las cruces.

sábado, 15 de abril de 2017

JESUCRISTO DESCENDIÓ A LOS INFIERNOS


¿Qué es lo que hoy sucede?  Un gran silencio envuelve la tierra; un gran silencio y una gran soledad.  Un gran silencio, porque el Rey duerme.  La tierra está temerosa y sobrecogida, porque Dios se ha dormido en la carne y ha despertado a los que dormían desde antiguo.  Dios ha muerto en la carne y ha puesto en conmoción al abismo.



Va a buscar a nuestro primer padre como si éste fuera la oveja perdida.  Quiere visitar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte.  Él, que es al mismo tiempo Dios e Hijo de Dios, va a librar de sus prisiones y de sus dolores a Adán y a Eva.

El Señor, teniendo en sus manos las armas vencedoras de la cruz, se acerca a ellos.  Al verlo, nuestro primer padre Adán, asombrado por tan gran acontecimiento, exclama y dice a todos: «Mi Señor esté con todos.»  Y Cristo, respondiendo, dice a Adán: «Y con tu espíritu.»  Y, tomándolo por la mano, lo levanta, diciéndole: «Despierta, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y Cristo será tu luz.»




Yo soy tu Dios, que por ti y por todos los que han de nacer de ti me he hecho tu hijo; y ahora te digo que tengo el poder de anunciar a los que están encadenados: “Salid”, y a los que se encuentran en las tinieblas: ”iluminaos”, y a los que duermen:  “Levantaos.”

A ti te mando: Despierta, tú que duermes, pues no te creé para que permanezcas cautivo en el abismo; levántate de entre los muertos, pues yo soy la vida de los muertos.  Levántate, obra de mis manos; levántate, imagen mía, creado a mi semejanza.  Levántate, salgamos de aquí, porque tú en mí, y yo en ti, formamos una sola e indivisible persona.

Por ti, yo, tu Dios, me he hecho tu hijo; por ti, yo, tu Señor, he revestido tu condición servil; por ti, yo, que estoy sobre los cielos, he venido a la tierra y he bajado al abismo; por ti, me he hecho hombre, semejante a un inválido que tiene su cama entre los muertos; por ti, que fuiste expulsado del huerto, he sido entregado a los judíos en el huerto, y en el huerto he sido crucificado.



Contempla los salivazos de mi cara, que he soportado para devolverte tu primer aliento de vida; contempla los golpes de mis mejillas, que he soportado para reformar, de acuerdo con mi imagen, tu imagen deformada; contempla los azotes en mis espaldas, que he aceptado para aliviarte el peso de los pecados, que habían sido cargados sobre tu espalda; contempla los clavos que me han sujetado fuertemente al madero, pues los he aceptado por ti, que maliciosamente extendiste una mano al árbol prohibido.

Dormí en la cruz, y la lanza atravesó mi costado, por ti, que en el paraíso dormiste, y de tu costado diste origen a Eva.  Mi costado ha curado el dolor del tuyo.  Mi sueño te saca del sueño del abismo.  Mi lanza eliminó aquella espada que te amenazaba en el paraíso.


Levántate, salgamos de aquí.  El enemigo te sacó del paraíso; yo te coloco no ya en el paraíso, sino en el trono celeste.  Te prohibí que comieras del árbol de la vida, que no era sino imagen del verdadero árbol; yo soy el verdadero árbol, yo, que soy la vida y que estoy unido a ti.  Coloqué un querubín que fielmente te vigilara; ahora te concedo que el querubín, reconociendo tu dignidad, te sirva.

El trono de los querubines está a punto, los portadores atentos y preparados, el tálamo construido, los alimentos prestos; se han embellecido los eternos tabernáculos y moradas, han sido abiertos los tesoros de todos los bienes, y el reino de los cielos está preparado desde toda la eternidad.